La resonancia de los suplicios
El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)
25 septiembre 2007
21 septiembre 2007
Empecemos a enrumbar
Porque se corre riesgo de arrumbar
No digo rumbo al espacio cósmico
Tampoco a los subsuelos
Ni a las fosas marinas más profundas
Un rumbo pequeño sobre el suelo
Habrá montes, montículos y montañas
También valles y hondonadas
Pero se trata de seguir
Con los pies sobre la tierra y
Los sueños en las nubes
Cumplir (hacer) el destino
Mandato, karma o lo que sea
La batalla más fuerte es siempre
Contra uno mismo
Y hay que darla para no perderla
Aunque no te creas
Aunque no te quieras
Yo te creo.
Yo te quiero...
20 septiembre 2007
Esa es la única explicación que le encuentro al hecho de ver, ocasionalmente, de modo fugaz, rostros de personas que no están coexistiendo en mi tiempo y en mi espacio.
Puede ser un atardecer, en esa hora de semiluz- casisombra, o en un lugar abarrotado de personas, que se desliza alguien que sé que está a muchos kilómetros o que ya se fue.
Tal vez alguno de esos seres inmateriales que coexisten conmigo me brinde su mirada para que me reencuentre con quienes extraño demasiado.
Es bueno recuperarlos, aunque sea un instante, casi de prestado...
19 septiembre 2007
Amontoné todos mis miedos gastados, los que ya no uso, los puse en una bolsa de consorcio y los saqué en el horario justo en que pasan los recolectores, para que los perros no los desparramasen por la vereda.
Seleccioné los sueños, los clasifiqué por fechas de elaboración y/o vencimiento y los dejé en un sitio visible, para no extraviarlos.
En el perchero al lado de la puerta, colgué las fuerzas.
A mis broncas las subí al altillo, me molestaban cruzándose en mi camino a cada rato.
Ordené un poco mi casa, seguiré el próximo fin de semana largo.
18 septiembre 2007
Juan Gelman
Y mi mano empezó a buscar cosas para decirme: algunas que ya conocía, otras que sospechaba, algunas que no le creí.
Sacó cosas que me duelen si las miro, otras por las que sigo llorando.
Mi mano se hizo garra para castigarme por mi debilidad a la hora de hacer realidad algunas cosas en las que creo, pero que no llegan a atravesar el límite de la teoría.
Se hizo puño para acompañarme en peleas varias, esas que se hacen crónicas, pero que no me resigno a abandonar.
Hubo alguna caricia a dulzuras que hoy se hacen recias y reacias al cariño explicitado por los gestos y las palabras.
Mi mano tal vez me cuente todas las cosas, algún día, un amanecer quizá, cuando se cierre...
12 septiembre 2007
10 septiembre 2007
Un mundo donde las sensaciones sean distintas las formas también las luces los olores la percepción igualitaria.
El miedo ausente la luz perpetua sin sombras sin límites sin dolor.
Otro mundo donde la palabra sea innecesaria la mirada suficiente la razón el sentimiento la furia la luz la luz siempre.
Busco ese mundo para olvidar las palabras perder el silencio recuperar la luz.
09 septiembre 2007
Tarde triste como pocas, el sol también se entregó ya no quedan esperanzas para los que apenas aspiramos a ser una pequeña llamita dentro de una habitación pequeña.
Gris opaco lejano azul surcado por leves plumas incandescentes muriendo parece estar el día, el sueño y tantas cosas...
07 septiembre 2007
cientos, miles, infinitos,
desplazándose sin prisas,
invadiendo, aplastando.
En silencio acechan, esperan,
atacan de noche, cautos,
carcomen, destruyen, pisan,
tan pequeños, casi bellos.
Los siento a veces,
vislumbro sus sombras
adivino sus pasos
los espanto en sueños.
Llegarán de pronto
en un descuido cualquiera
me ganarán la partida
malditos cangrejos pequeños.
05 septiembre 2007
sin preguntar cómo o por qué,
cuándo, dónde o para qué,
así, simplemente,
trastocaron en verde los sauces.
Así,
quisiera algún día,
extraño
lejano
incierto,
pero posible.
Que, de pronto,
sin saber cómo,
ni preguntar por qué
de mí broten palabras
porque llegó el tiempo
porque el sol lo pide
o la luna
o el viento...
los que vuelan en mi sangre,
nublan mi mirada con sus alas
y vacían mis ojos con sus garras.
Creo que son pájaros negros
los que invaden mi mente,
devoran mis recuerdos
agigantando mis olvidos.
Creo que son pájaros negros
que crecen en mis entrañas,
tal vez buscan mi vida,
tal vez traigan mi muerte.
Pero aunque quizá algunos
o muchos no lo crean,
aunque parezca extraño,
yo amo a esos pájaros negros...