La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

26 septiembre 2013

Tejido rombo ala cresta
no existe el miedo en esa época
los abrazos son refugio y premio
para las manos pequeñas 
que han traído, veloces,
sin tropiezos
el trofeo blanco de un huevo tibio.
Nido, paja, tierra
risas cara al viento
remolino de plumas asustadas
por los brazos molinete
tan breves, inquietos
moviéndose siempre.
Cacareos luz certeza
asombro entre dos miradas
dos tiempos que se encuentran
y se cuidan
que hoy extraño.

Deambula una sombra buscando
un cuerpo que la ate
le permita un descanso.
Es brisa entre los trigales
que ondulan a lo lejos
se pierde entre los pétalos
del duraznero que caen
rosados y tenues.
Vuela una sombra
atraviesa montes hasta llegar al río
se deshace en la corriente
desafía al sol en la espuma 
deslumbra.

He compartido tu bosque de sombras
tus noches de insomnio
territorios vacíos llenando el mundo.
La luna se mira en el frío
blanco noche
blanco sin fin
reflejo erróneo del día
desamparo creciente
miedo pidiendo asilo
ante una casa cerrada.
La intemperie vence
crece la noche
el sueño no llega.

Luchan luces y sombras
atraviesan el paisaje congelado.
Amanece sin tiempo
se agazapa el deseo
el aire se niega a ser respiración.
Hay miedo en el silbar del viento
el resultado es conocido,
la contienda desigual:
define la disparidad.

09 septiembre 2013

Es la angustia de la sed
de lo que no está
el viento asfixia
enceguece la sal.
Es el encierro dentro
siendo uno el carcelero
de la voz que no nace
ante quien la espera.
Soledad del desierto
creando espejismos
para sentir el agua.
Inquietud del extraño
alucinando mundos
para encontrar la calma.


la luz se filtra entre las flores del cerezo
suena el canto del quetzal
amanece en Lisboa
hoy he sabido la fecha exacta 
en que llegará mi muerte
calidoscopio enloquecido 
giro de luces  
avanzando en la nada
se refleja el sol 
en tu mirada ciega 
frente a un espejo 
cubierto de polvo.

03 septiembre 2013

Y si de algo hubiese valido
haber transitado tantos años
siendo testigo de cambios
o persistencia en las equivocaciones
testimonio que se alaba
de la bondad del Creador.
Pero tan sólo ha servido
para que poco a poco mi alma
se fuera llenando de ausencias
como si una ominosa mancha de aceite
fuera cubriendo la superficie de un lago
volviendo opaca la transparencia.
Y los recuerdos de dicha pasada
no son suficientes para atemperar lo que falta
como no basta el irisado en los bordes

para ocultar la muerte del agua.


Hasta aquí hemos llegado,
los otros y yo
tanto tiempo sin vernos,
ellos translúcidos,
transparente yo.
Diálogos imposibles
hasta que dije: ¡basta!
No puedo más.
Quiero irme o que se vayan ellos,
porque no es mi culpa
si jamás pudieron ver
brotar de mi mano derecha
los pájaros negros
que por las tardes llegan
a agitar las aguas
del lago que dentro
de ese espejo duermen.