La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

30 octubre 2013

Hoy ha muerto una mujer
aquí a la vuelta
tan cerca de casa
una mujer sola
decía el diario
que vivía loca
encendía velas
invocaba ángeles
ardió su casa
se quemaron alas
entre las llamas
vi sus manos
susurraban
pedían algo
sus manos solas
las vecinas hablan
santiguándose
la casa negra
la mujer sola
no vinieron ángeles
ya no vive loca.

Darse cuenta

Un relámpago, un instante 
que deja atrás la infancia
dando de baja por ineficaces,
románticos e incurablemente mentirosos
a los ángeles que decían venir
incorporados al lado derecho de cada humano.
Sin explicación, un día la cuántica
reemplazó a la mística
y de pronto fueron mas aceptables
las probabilidades que las certezas:
la dualidad explica mejor los comportamientos
cuando de luz y materia se habla,
una función de onda es algo cierto
frente al fantasma incorpóreo
con que se  representa un alma.
Se alejaron los días de dudas
la biblia como horóscopo, tarot,
es  simple y perfecta la respuesta:
energía igual a masa
por la velocidad de la luz en el vacío,
al cuadrado.

Yace un tres de espadas
abandonado sobre el pasto
entre rosales y jazmines
pasto pulcramente recortado
rejas pintadas de verde
barrio residencial
por un momento 
arrasado por la plebe
el aluvión zoológico
lo llamarán después
los que creyeron ganar.
Contempla absorto 
el tres de espadas
el paso sin fin del pueblo
alpargatas tristes pocos zapatos
voces de lucha pocas
más bien desazón y tristeza
cansancio cansancio cansancio
caminan los pies oscuros
para detener otros pies que relucen.
Quedó en el camino el tres de espadas
baraja incompleta
destino incierto
de las partes que faltan
abrieron camino los pies cansados
acalorados rebeldes
quién los hubiese adivinado capaces
de sumergirse en la fuente.

La lírica está muerta
fría y sepultada
tras de intentos vacíos
por alcanzar cumbres
de ilustración o fama.
Ha muerto por partes
ya no alumbra
su fulgor las letras
como lo hizo por siglos
con los grandes poetas
que brillaron antes
sólo quedan cenizas
vestigios leves
que aparecen raudos
adornando un verso
resignificando una prosa
contando un cuento
la fama ha muerto
ha seguido sus pasos
un brillo fugaz
una sombra en el espejo
se ha ido como antes
lo hicieran tantos
antes de Borges
o después de Sábato.

Será una voz lenta, 
una palabra sola
murmullo de sedas rasgadas
instante infinito 
en que la luz se hace estallido 
como si fuese
un alma regresando a la vida.
Será una voz que diga
que ha llegado el final
el presagio cumplido
el eclipse.
Será una palabra sola
luego la noche
por fin 
el silencio.

29 octubre 2013

La bandera declara dos puntos su silencio
cómplice de atropellos
disimulados por su defensa
muerte por odio por miseria
por miserables que abusan
de la preferencia humana 
por los colores
por los sonidos claros 
o las luces giratorias
bandera sombra granada
minas tardando 
cien años para desactivarse
volando pies piernas rostros
bandera cómplice mercenario
sustituto moderno de  las cadenas
esclavitud sin rostro
bandera
nunca mataste en silencio
hasta cuándo bandera
para qué

Prudencio Devia nacido en el año 1926
en la Estancia Cerro Blanco
hijo de india y puestero
crecido entre monte y piedra
obligado a temprana edad
a ganarse la vida
porque no era dueño
de algo más que su hambre.
Salió a los caminos Prudencio
después de años de boyero
orgulloso en su carro
al costado el filete que reza
soy loro pero no verde
va llevando tranquilo
el comercio por los campos.
Lunes y martes en la ciudad
las verduras del Abasto
talabartería y ropa de trabajo
conseguidos en Bilbao
rezagos del Ejército
frrazadas, ponchos y alpargatas;
telas de La Argentina
lencería de quién sabe qué gitana.
Miércoles, jueves y viernes
destinados al reparto
fiesta de mandarinas
en mi casa ese olor que no se acaba
calcula rápido los precios
Prudencio siempre nos gana
tres metros de tela 
a cambio de cuatro pollos
yo soy respetoso, niña,
mi mama me lo enseñó
ahora todos parecen guachos
trajo huevos esta semana niña
para usted busqué un mantel
ay don Devia qué memoria tiene...
Sólo sábado y domingo
Prudencio vive en su casa.