La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

24 febrero 2007

Qué maravillosa es la gente maravillosa
que pasa junto a nosotros
entregándose maravillosamente
cual si todos fuésemos maravillosos.

Uno pasa frente a ellos
ellos te hablan y te miran
dicen sus maravillosas palabras
te dan su maravillosa mirada.

Y siguen caminando
como si nada por la vida
maravillosamente ellos
dejándote maravillado...

Hermano, tantos poemas sin vernos!
Boris

¿En qué lugar han quedado las personas para estas democracias?

21 febrero 2007

Las guerras del futuro serán por el agua...
Es una especie de muletilla que han desarrollado políticos que no saben de qué hablar y tienen pretensiones de aparecer como progres.
En estos días, la definición de las internas del PJ San Luis parece estar basada en el control de la información acerca de la calidad del agua.
Un concejal pide el juicio político de un intendente porque afirma que no abastece agua potable a la población.
Pelean un senador provincial y una intendente por el mismo motivo.
Otra ciudad queda sin abastecimiento en lugar de informar a la población que se está distribuyendo un potaje no apto para consumo. Como nadie debe saberlo, se liberan a consumo diez millones de litros que no cumplen con las normas de potabilidad.
Se inventan motivos, se mienten razones, se omiten responsabilidades.
En todos los casos, los móviles son estrictamente de permanencia o simples actos lamebotas.
En todos los casos, se perjudicó a la población, cuya calidad de vida es cada vez peor...

17 febrero 2007

El cambio y sus modos

“Decidíos a dejar de estar sometidos. No pretendo que lo empujéis o lo sacudáis, sino tan sólo que dejéis de sostenerlo. Y veréis que, cual un gran coloso a quien se sustrajo su base, por su propio peso, se derrumbará y se romperá…”

El texto anterior, que se exhibe en una muestra en el Centro Cultural Recoleta, desde el cual se lanza un desafío a la servidumbre bajo todas sus formas y se exalta la libertad del hombre, resume en pocas palabras lo que muchos tratamos de decir en este tiempo y lugar.

La contradictoria especie humana permite la convivencia de seres para los cuales la libertad y el pensamiento son la razón para vivir, al lado de los creyentes del dios Dinero, de los tímidos, de los opresores, y de una variedad casi interminable de opciones o estilos.

Siendo tan difícil aunar voluntades en la construcción, tal vez debamos contentarnos con alentar el surgimiento de cambios por vía de esta especie de acción pasiva: no se trata ya de luchar por el cambio, por la revolución, sino simplemente dejar de sostener el sistema.

¿Es tan cómoda la sumisión, es tan bueno vivir sometido? ¿Se simplifica la existencia del que sólo obedece, de quien no tiene la responsabilidad de la decisión? ¿Es posible la felicidad de la realización personal si ésta no surge del libre albedrío? ¿Podemos darnos el lujo de renunciar a ser, o esto nos llevará a los distintos modos de la frustración?

Muchas preguntas, de cuyas respuestas carezco, pero vuelvo al fondo de esta reflexión: apostar algunas esperanzas al cambio, aunque sea por desgaste y no por lucha, en estos tiempos descafeinados donde hasta las reformas pueden ser revolucionarias.

Verdes verdes verdes
toda una montaña de verdes
rodeando un río de grises
visitado por hombres azules
mirado con ojos verdes
llorado por lágrimas claras
soñado con premura de rojo
descansado en sábanas blancas
Verdes verdes azules
azules azules de plata
sueños de futuro
humo en el puente
algún día de humo
algún día de paz
algún día
quizá...

16 febrero 2007

No me van a convencer que todo permanece igual, quiero cambiar.
Mis ojos tendrán otra mirada.
En cosas que antes eran comunes, aparecerán detalles nuevos.
Voces distintas, tonos cambiados.
Hablar con voz nueva para decir cosas olvidadas.
Es difícil cambiar el mundo, voy a construir mi mundo...