La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

25 agosto 2013

Un relámpago un verbo
aurora boreal relato de luces 
que no será percibido
por quien sólo sea capaz
de creer en la realidad cuando la toca.
Alucinación de un recuerdo
espejo estrella fugaz
atrapada entre dos luces
atardecer y noche
viento que ensordece asfixia arrastra.
Un poema
un modo de decir la luz incierta
que devuelve la noche
espejismo al final de una ilusión.

20 agosto 2013

Cada lágrima dibuja un silencio 
redondo como una naranja
o perfumado como un jazmín.
Pero definitivo como una lápida
con letras trazadas a golpes
punzón afilado dibujando palabras,
fechas, volutas y flores
un ángel que tañe el laúd
o una campana
despidiendo los días que pasan.
Lágrimas calladas,
escondidas
que el dolor no sepa
el alma está desnuda
no existe el misterio.


El eco de un aroma
trae su ausencia a mi lado.
La luna dibuja mil veces su rostro
frágil sobre el agua,
flotando,
hasta perderse
en la distancia adivinada.
Un camino de luz  conduce al sitio
en donde nace el dolor.


Tal vez pueda nombrarlo
después  del frío
la distancia y el tiempo.
O sólo es un reflejo
un eco
una alucinación del silencio.
No encuentro mi voz
dentro de ese viento
empeñado en llevar lejos
lo que pudo ser un recuerdo.


Está muriendo la noche
entre el silbido del viento
y el lazo asfixiante del frío.
Crujen mástiles y velas
son montañas las olas
el barco un juguete infantil.
Sobre la cubierta
la luz de un cigarrillo.
En el horizonte  se adivina
el fulgor anhelado
púrpura y verde
la esperanza del amanecer.

Espejo roto, multiforme
respuesta apresurada
rompiendo el silencio
ramificación de sombras
para calmar al doliente.

Palabras rápidas,
sin atravesar el filtro
convulsionado del pensamiento
ansiosas de ser la realidad
sin ser respuesta a la pregunta
lentamente formulada
para encontrar una guía
que indique el sentido
calidad o ritmo
al tránsito de la razón por el mundo.

06 agosto 2013

No entendés la metáfora, le digo,
y se queda frente a la pared,
en silencio
la mira como si fuese un espejo
pero sólo hay ladrillos
una grieta apenas marcada
y su sombra estrecha.
Sueña que hay un espejo
en el que puede verme ahora
yo estoy parada detrás suyo
y trata de aferrar mi imagen.
Estira su mano
y, lo sé, puede tocarme ahora, aunque
cuando me toca jamás lo hace con calma,
mas bien pareciera estar cayendo
y ahí estoy yo, la cuesta
que lo tira hacia abajo, y lo único que puede agarrar
con esas manos quietas
con esos ojos tan abiertos
que atraviesan la pared
que se hace espejo
en donde se refleja mi dolor
profundo
callado
blanco 
como una metáfora que dice

lo que ya no existe.

Se convierte el sol
en metal líquido
que se desliza
sobre el asfalto.
A los costados,
florecen cardos
penachos enhiestos
color de obispo
espadas afiladas
defienden lo bello
lo hacen prohibido.
Un sol lento, rodeado de nubes
va cayendo de los cielos
un sol fundido flota en el agua
al final del camino.


Irreparable, planea entre la niebla
sombra inasible,
pasajero fugaz
luces y más luces indicando
la proximidad del fin
oculto tras un muro invisible.
Se agitan alas
cercando tu sombra
borrando tu nombre
rumor efímero,
la palabra oculta el sentido,
olvida la forma.
Algo innombrable
se agiganta de pronto
el silencio lo abrasa
lo dibujan mis lágrimas.





Rumor de agua atrapada
resplandor que adivina
la quietud de la sal
espejo leve aferrado a la piedra
manos pequeñas, ansiosas
exigiendo piedad
fervor en la plegaria inútil.
Rumor de agua, muda,
que no está,
no fue luz,
fugaz brillo en la llamarada
una sombra entre el viento
silbido eterno
fuerza sin final.
Piedra en la inmensidad
llamarada que se adivina
sombra tras el relumbre.
Sin fin la luz
sin alma la paz.