La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

20 agosto 2013

Cada lágrima dibuja un silencio 
redondo como una naranja
o perfumado como un jazmín.
Pero definitivo como una lápida
con letras trazadas a golpes
punzón afilado dibujando palabras,
fechas, volutas y flores
un ángel que tañe el laúd
o una campana
despidiendo los días que pasan.
Lágrimas calladas,
escondidas
que el dolor no sepa
el alma está desnuda
no existe el misterio.