de pronto me fuese dado cumplir un deseo
desearía ante todo poder planificarlo adecuadamente,
de tal modo que no excluya
ni agua ni sol ni viento leve
que puedan llegar allí todos
los favoritos que mi imaginación y memoria logren incluir
y como el tiempo me ha persuadido profundamente
que el azar no existe, sino tan sólo información insuficiente,
ni la suerte, sólo se trata de esperar lo suficiente,
es que mis probabilidades existen.
Debo apresurarme a hacer el listado pues,
y aquí empezaré mi inventario
con los días se irá ampliando, pero aquí
lo comienzo de arbitrario modo:
en tal sitio quiero que estén
de las flores, los jazmines en todas sus variantes
de los colores, que el lila no falte
de las frutas, elijo damascos y duraznos, por aroma y color concordantes;
de mis amigos, que no falten los locos
o estaré desamparada y sola
de mis libros, que me acompañen todos
nunca se sabe qué humor predominará;
de las noches, las cálidas, con luna llena y muy estrelladas
también pediría que siempre fuese abril
y, si se permitiesen poetas, preferiría los borrachos
y de los gatos, los callejeros.
Por el momento, y en trazo grueso,
algo he empezado a delinear, y no es poco,
en breve continuaré
aún quedan sueños por perseguir...