Atravieso las vías oxidadas como un fantasma melancólico.
Ya no hay trenes, humo ni trajinar de peones.
El trigo crece en otros campos, los antiguos dueños han partido.
Una plaza donde hubo vías, un escenario donde descansaron vagones.
La luna, enorme, ilumina suavemente el lugar.
Los recuerdos vuelven a tomar forma en los ojos que fueron, avanzando lentos entre las sombras.
Aparece aquella noche de abril, hace tantos años.
El encuentro furtivo, mi partida (¿huida?) rápida, el olvido que no pudo ser.
Me roza el aire frío, estremeciéndome.
Quién sabe si pueda volver a verla.
Tal vez tardé demasiado...
Ya no hay trenes, humo ni trajinar de peones.
El trigo crece en otros campos, los antiguos dueños han partido.
Una plaza donde hubo vías, un escenario donde descansaron vagones.
La luna, enorme, ilumina suavemente el lugar.
Los recuerdos vuelven a tomar forma en los ojos que fueron, avanzando lentos entre las sombras.
Aparece aquella noche de abril, hace tantos años.
El encuentro furtivo, mi partida (¿huida?) rápida, el olvido que no pudo ser.
Me roza el aire frío, estremeciéndome.
Quién sabe si pueda volver a verla.
Tal vez tardé demasiado...
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