Hace tiempo deseaba estar aquí
el mar tan cerca y la ciudad lejos.
Las noches llegando lentas, tranquilas
el viento rozando la arena húmeda
mientras la luz se apaga.
Apenas algunas estrellas, a la primera le pido tres deseos
pero siempre, al pronunciar el último,
descubro que esa, no es la primera.
Tal vez por eso, nunca se cumplan mis deseos.
Entonces invento un mundo
donde las cosas se han ordenado prolijamente
la felicidad abunda y también el tiempo.
Se acabaron los embotellamientos, los accidentes de tránsito,
los malos modales y los noticieros de las diez.
El viento trae olor a sándalo
y los pájaros danzan en un cielo luminoso.
Demasiado kitsch mi mundo de sueños
exceso de nostalgia pop o falta de imaginación.
Y de pronto la realidad que llega
no estoy lejos, ni hay mar ni viento,
tan sólo mis miedos, quizá algunos anhelos.
Y cuesta encontrar las palabras justas,
ubicarlas correctamente, lograr que ellas digan
lo que aún no puede mi voz.
el mar tan cerca y la ciudad lejos.
Las noches llegando lentas, tranquilas
el viento rozando la arena húmeda
mientras la luz se apaga.
Apenas algunas estrellas, a la primera le pido tres deseos
pero siempre, al pronunciar el último,
descubro que esa, no es la primera.
Tal vez por eso, nunca se cumplan mis deseos.
Entonces invento un mundo
donde las cosas se han ordenado prolijamente
la felicidad abunda y también el tiempo.
Se acabaron los embotellamientos, los accidentes de tránsito,
los malos modales y los noticieros de las diez.
El viento trae olor a sándalo
y los pájaros danzan en un cielo luminoso.
Demasiado kitsch mi mundo de sueños
exceso de nostalgia pop o falta de imaginación.
Y de pronto la realidad que llega
no estoy lejos, ni hay mar ni viento,
tan sólo mis miedos, quizá algunos anhelos.
Y cuesta encontrar las palabras justas,
ubicarlas correctamente, lograr que ellas digan
lo que aún no puede mi voz.
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