Vulnerable. Me siento vulnerable y eso es difícil de asumir. Ingreso a un período de riesgo extremo. Mi vulnerabilidad me resulta intolerable y suelo tomar las decisiones más equivocadas en este estado.
Espero no reincidir. Hay ciertas cosas que se pueden soportar, los errores tardan demasiado en ser superados.

Malditos cabrones, banalizan todo, bastardean todo.
Son un rey Midas que transforma en mierda todo lo que toca.
No pueden hacerle eso a Dalí.
Deberían ser castigados, obligados a vivir entre su mierda por toda la eternidad.

¿Será cierto el alto el fuego?
¿Obedecieron porque estaban perdiendo?
¿Quién se hará cargo de las muertes?
¿Existen víctimas culpables?
¿Si son culpables, son víctimas?

¿Por qué son tantos los que se dedican a quebrar silencios para llenarlos de palabras huecas?

Me tiene agotada la paciencia el género humano y su resistencia a realizar acciones que no les reporten un beneficio inmediato y personal.
¿Es muy descabellado hacer cosas que tengan como objetivo el bien común?
¿Tan lejos se fue la utopía ?

El poder es impunidad, dijo una vez un empresario sumamente poderoso.
Le agregaría algo: es impunidad otorgada por una sarta de bufones cuya existencia transcurre a modo de satélites girando en torno al impune.
Bufones descartables, renovables, sin la menor idea acerca de lo que es la dignidad.
Ministros, legisladores, jueces, funcionarios.
Reciclables, abominables, execrables.
Bazofia pura.

Caza Mayor

La verdad nunca tuve entera fe en los pájaros.
Quedé niño de honda en tensión testimoniando
festivales y duras conjeturas,
asedios, pedradas e iluminaciones
en el berretín de la tiniebla.

Las palabras trocadas, fuego del juego,
su constelación bajo las constelaciones,
voces altivas que confundí con el amor.

No tuve fe en los pájaros.

Antes que la estrategia azul me desolara
gemí muy hondo esquinado en la furia de mis nervios,
bajé al río a beber,
maldije la decencia,
sangré tristes criaturas de alcohol irrestañable,
construí un mundo, era de cenizas, contra el poniente lo aventé.

Cada mañana salgo de la tumba y reinicio este canto.

Aldo Oliva (Rosario)

En el aire tierra
seca tierra flotando
luna sin luz
luna sin agua.

Caminos nuevos
para la tierra seca
puentes nuevos
sobre las penas viejas.

Seca se hizo la luna
seca está la cosecha
en campos que sufren

campos que son ajenos.

Breves palomas de arena
vuelo leve de ardor intenso
naranja fugaz en el cielo
horizonte de arena y humo
gélido temblor de pájaros
vibrantes estelas de sombras
humanos errores de cálculo
niños palomas de arena
niños arrasados en sombras
niños palomas de arena
niños leves, lejanos, extraños
pequeño temblor en la arena
fugaz estadía de lágrimas
niños palomas bajo la arena...

Hoy experimenté un instante del asco más absoluto que recuerde: escuché a dos cucarachas discutiendo por la propiedad de las migajas que caen desde las mesas del poder.
Poder al que (menos mal) nunca podrán acceder.
Migajas que no importa si caen desde el oficialismo provincial o nacional, que aparentan ser distintos pero son sólo dos variantes de peronismo autoritario y retrógrado: poder fascistoide.
Cucarachas muertas de hambre.
De terror la escena.
Asco total...

Le agarró un acelere dramático a la Historia: la guerra, la licencia de Fidel, la posible intervención de Siria e Irán, el viaje de Condy.
Después de escuchar periodistas que no sabían cómo llenar espacios en los noticieros, de oír del Mundial (¿qué Mundial? ¿cuándo fue?) y la venta de pantallas de plasma, del granizo sobre Bs. As. y las peripecias de Nazarena Vélez, ahora parece que todo toma otra trascendencia.
¿Sobrevivirá la Revolución a Fidel?
¿Sobreviviremos nosotros si se recurre a los arsenales nucleares?
Con tanto fundamentalismo suelto, las cosas se están poniendo difíciles...