adivinás el fin
armás con palabras el modo
en que decirlo sea elegante
pero no siempre te sale
y quedás pagando
por avivado
por querer mentir
te mentís la vida
que querés tener
con todo el artificio
con lo más caro
y lo más estúpido
como a veces sos
pero despertás
la vida pega fuerte
y vos sos débil para seguir
confirmás que se puede vivir con menos.
Aprendés los códigos de la luz solar,
sabés que la tarde alarga la noche
y te dormís temprano
te despierta el sueño
a veces pasa
te reconocés en otro
el que casi siempre pierde
el pecador
no tenés opción
para elegir
el tren se va
te queda el consuelo
muchas veces la mina
besa al perdedor
(En cursiva texto de Valeria de Vito)
te pasás el tiempo
eliminando adjetivos
ripio en un camino
que recorrés con prisa
para que no se oculte
lo que se debe ver
lo que debe ser
cómo se debe hacer
acelerás tu corazón
embestís molinos
perdés el sueño
equivocás la dirección
y empezás a llorar
las marcas que aparecen en tu cara
son de la velocidad de la vida
sus meteoros tempranos
desatando el presente
para anular la derrota
amanecés lejos
un cielo distinto
ayuda a olvidar
(el texto en itálica es de Julia Magistratti)
las semillas que no ves
germinan sin saber
si pueden ser pisadas
devoradas
admiradas
salen de la tierra
sus brotes pálidos
un día
otro
un anochecer
las semillas duermen
a salvo bajo la tierra
como los muertos
que se olvidan pronto
como los sueños
que no contás
(en itálica un verso de Julia Magistratti)
algo tuyo ha caído
hacia el fondo del mar
ahora te sentís
como si fueras otra
presentís los vientos
soñás corales
algo tuyo ha quedado
en el fondo del mar
lejos del sol
en una transparencia difusa
que no te deja dormir
te construís de nuevo
para que no te falte
lo perdido
el deseo es fuerte
líquido el descanso
una llovizna leve
el cielo apenas cubierto
abril se dispone
a lucir su belleza
hacer del dolor belleza
para seguir
aguanto las lágrimas
o miro a través de ellas
como calidoscopios
vidrios de colores
insignificantes
resignificados por un arreglo
la óptica es sabia
reglas estrictas
nada complicado
la luz tiene una velocidad
inmutable
dentro de nuestro conocimiento
la luz descubre colores
los revela o anula
según podemos percibir
los dolores abren ventanas
la belleza las ilumina
y siempre estás vos
que podés
con tus palabras
crear ventanas
cerrar dolores.
A Franco Rivero
decir la misma frase
dos veces en cinco minutos
caminar de nuevo
en sentido inverso
para recordar hacia dónde ir
sonidos inesperados
de las articulaciones frías
respuestas extremas
ante los cambios de clima
una cierta desazón
cuando se calculan esperas:
plantar un árbol
para disfrutar su sombra
o sólo esperar
una ensalada de rúcula
insomnios y somnolencias
en horas desconocidas
un brillo que aparece
al recordar un nombre
melancolía por el pasado
el futuro tan breve
así, casi de pronto
sin aviso
empezar a envejecer