Ante el ojo cuadrado y ciego
mostrando lo que no son
a quienes no conocen

Juego de veranos
para prolongar atardeceres
tirados sobre el pasto
los hermanos juegan
suenan las risas 
entre el zumbido de mosquitos
y el viento fresco del sur
cuentan y se apropian
del vuelo delas libélulas
-una azul, es mía
- dos rojas, gano yo
- no, no, hay tres azules
- esa no es azul, es negra
y así hasta la oscuridad.
Tardes de revuelo
contando libélulas
presagio de lluvias
anuncio de truenos
tantos veranos pasaron
la niñez se volvió añoranza

Un fulgor relámpago de libertad
una única ocasión
para reconocer lo exterior.
Paradojas de vidas que mutan
siete años sumergidas
culminan en un vuelo triunfal
que justifica el dolor 
de la metamorfosis.
Dejar hueca la vida
para aprender a volar.

Un universo pálido
va creciendo
como si nada importara
solamente alejar la pena.
Primero se forman planetas
para ocupar el lugar de lo que no fue
luego vienen estrellas
alumbrando el sitio
de quien no está
hasta formar constelaciones
que señalan los vacíos
sillas sobrantes en las mesas festivas
alguna luna por un viaje que no llegó
espacio filtrándose
entre resquicios que dejan los dolores 
nubes de sollozos
alguna nebulosa a cambio
del deseo que se extinguió.
Un universo nuevo
impecable
asomando a unos ojos
cansados de ver.

como un resplandor oculta
una luz débil
así se extinguen las voces
atrapadas por el vértigo
de la ausencia definitiva
cuando no hay un idioma
un léxico acorde
una palabra maga
que traiga de vuelta
lo que no fue dicho
que le ponga cuerpo
a lo que es abismo
llovizna leve
oliendo a lluvia
humo tenue
diciendo incendio y bosque