Lo fugaz
Un colibrí surca el aire
en sus plumas
el azul desafía al verde:
es ganador del duelo
alrededor del cuello,
en las puntas de las alas
y en el remate de la cola.
Los ojos amarillos,
casi dorados en los bordes,
son tan huidizos como su vuelo
que atraviesa el patio
como un relámpago
como la sombra de un recuerdo
o de un sueño
que creímos haber vivido.
Un colibrí surca el aire
en sus plumas
el azul desafía al verde:
es ganador del duelo
alrededor del cuello,
en las puntas de las alas
y en el remate de la cola.
Los ojos amarillos,
casi dorados en los bordes,
son tan huidizos como su vuelo
que atraviesa el patio
como un relámpago
como la sombra de un recuerdo
o de un sueño
que creímos haber vivido.