Entre el dolor del vacío
y la duda certera
amanecen mis días
despojándome de certezas
sumando vacíos.
Como si fueran dejándome en pedazos
para encontrarte
indefenso
ignorado
inhallado.
Aunque una vez encontré a tu hija
ojos que miran
como una vez los tuyos
pero no.
Aunque haya sido ese día
una paz
como lo sería
ver preso tu verdugo.
Amanezco sintiendo
o pensando
tu desamanecer
en ese sitio impreciso de tu nomuerte.
¿Puede tal vez calmarse el anhelo
a pesar
del empeño inútil?
¿Qué desvariado sino
te quitó el mirar?
¿Una carta sería desde mí
para que por una vez
tu dolor no sea?
Mi noche
¿será acaso la misma noche
de vos?
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