La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

15 noviembre 2011

Desventurados los que tienen la desgracia de decirle plenilunio a la luna llena, porque complican el sonido y perturban la imagen, transmutando un disco refulgente en el cielo apenas oscuro, casi claro, escasas estrellas, alguna nube, en una palabra que no está acorde con eso, pienso mientras miro esa sombrita blanca que apenas se dibuja en el cielo sobre el monte profundamente verde.
Sueño en ese monte y lo pueblo de batallas, de soldados y lobos, más allá tal vez espere el sable que cortó mi mano, la metralla que asustó a la tropa.
Pero todo está hoy en silencio y no es Portugal ni Europa, es una tierra lejana a la que llegué en la máquina voladora que construí junto al cura loco Bartolomé de Lourenzo, él me convenció que debía conocer su tierra natal y hacia Brasil enfilamos la passarola.
Pero falló algún cálculo, ámbar, éter o voluntad no fueron suficientes, estoy solo frente a un bosquecito de árboles que ni conozco ni nombro, no encuentro al cura ni Sietelunas está conmigo.
Lloro, miro la luna, pequeñita porque es de día, sola allá, botón blanquecino sobre un cielo azul que no es mío, ahora noto que también desconozco esta sensación de vacío que asfixia mi pecho, esa falta que siento porque a mi lado no está ella, la que es capaz de la mayor de las magias, poder ver dentro de los hombres lo que dentro de ellos está.