Zumban las abejas en el monte, como zumbaron las balas al matarte.
Pero vos, gaucho libre, burlaste todas las muertes.
No se hicieron para vos las leyes ni la cárcel, las órdenes ni la humillación.
Como la lluvia, como el trueno, como el viento.
Estás en todas partes, cada día.
Rojo sangre, rojo fuego, calor del alma, voz que no calla ante el dolor.
No hay recintos sagrados, el campo todo es tu iglesia, sin jerarcas ni traidores.
Piel oscura, manos fuertes, son de guitarra.
Sol encendido, silencio en los campos.
Y vos con nosotros, gaucho libre, burlando tu propia muerte.
Pero vos, gaucho libre, burlaste todas las muertes.
No se hicieron para vos las leyes ni la cárcel, las órdenes ni la humillación.
Como la lluvia, como el trueno, como el viento.
Estás en todas partes, cada día.
Rojo sangre, rojo fuego, calor del alma, voz que no calla ante el dolor.
No hay recintos sagrados, el campo todo es tu iglesia, sin jerarcas ni traidores.
Piel oscura, manos fuertes, son de guitarra.
Sol encendido, silencio en los campos.
Y vos con nosotros, gaucho libre, burlando tu propia muerte.
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