La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

30 agosto 2010

Hoy es nuestro día, Rocío, hoy es nuestro,
arreglate la pollerita, Rocío,
te queda tan bien ese verde brillante,
y tus botas tan altas, tené cuidado, no tropieces,
cuando empiece la música, acordate de mirarme
mirame fijo, entre el tatuaje y mi hombro izquierdo
la mariposa azul con el nombre
de la ingrata que me olvidó
perdoname Rocío me distraigo
qué lindo el maquillaje de tus ojos
parecen mariposas tus ojos
entre la purpurina y tus pestañas
qué pestañas Rocío, tus pestañas.
Empieza la música Rocío
no te olvidés de mirarme
dejate llevar, mirame,
giro, salto, giro, sonrisa
una nube verde es tu pollera
hay estrellas centelleando en tu mirada
confiá en mí, saltá,
aquí están mis brazos para cuidarte
no tiembles, no trastabilles, no te equivoques
acá estoy, Rocío, para abrazarte.