Todo está dispuesto, incluso el corazón está abierto,
esperando,
se diga la palabra exacta para quebrar el silencio.
Las manos pequeñas, los ojos cautos, la piel anhelante,
como una seda, como un soplo.
La noche vagando a lo lejos
montada en su luna llena
plato gigante sobre las sombras
disipando las sombras apenas.
Un sonido tenue acalla las dudas,
la respiración se acompasa:
son dos brisas juntas
agitando una llama.
Miro hacia adentro, espero, sueño, callo.
La noche se despide,
abandona su oscuridad en un rincón alejado,
a salvo de tantas miradas.
En el silencio claro flota
el silencio de cada palabra.
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