Si por alguna extraña variación del destino
me fuese permitido volver a nacer
quisiera que fuese en este mismo lugar,
los atardeceres largos de las sierras,
el canto de las reinas moras buscando nido
el olor del pan recién horneado.
Mis primeros años tranquilos
y vos, viejo, siempre ahí.
Hablabas poco, lo suficiente,
pero siempre estabas ahí,
ojos claros que lo entendían todo,
manos que nunca se cansaron.
¿Sabías que fuiste mi armadura, mi escudo,
sostén cuando mis fuerzas se iban?
¿Sabías que tus manos estaban en mis hombros
cada vez que quisieron quebrarme?
Hoy te has ido, y yo no estuve ahí.
Si por alguna extraña variación del destino
me fuese permitido volver a vivir
tan sólo eso quisiera cambiar.
me fuese permitido volver a nacer
quisiera que fuese en este mismo lugar,
los atardeceres largos de las sierras,
el canto de las reinas moras buscando nido
el olor del pan recién horneado.
Mis primeros años tranquilos
y vos, viejo, siempre ahí.
Hablabas poco, lo suficiente,
pero siempre estabas ahí,
ojos claros que lo entendían todo,
manos que nunca se cansaron.
¿Sabías que fuiste mi armadura, mi escudo,
sostén cuando mis fuerzas se iban?
¿Sabías que tus manos estaban en mis hombros
cada vez que quisieron quebrarme?
Hoy te has ido, y yo no estuve ahí.
Si por alguna extraña variación del destino
me fuese permitido volver a vivir
tan sólo eso quisiera cambiar.
1 Comments:
También pensé en el abuelo unas cuantas veces en estos días, a veces pensando en su ya-no-cumpleaños y a veces porque no podía no pensar en él. Creo que envidio de vos el haberlo conocido más.
Publicar un comentario
<< Home