La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

30 octubre 2008

Quién pudiera, en titánico ejercicio
ordenar cuidadosamente
someter a una rígida estructura
los vaivenes de la vida.
Sueños y sentimientos
ocupando centros y vértices
transformados en prolijo enrejado
que transcurre plácido
para todos los seres vivientes
más allá de ideas, razas o preferencias
simplemente transcurriendo
de extremo a extremo del mundo.

Pero sucede que la vida
se niega al encierro
hay oscuridades naciendo en la luz
capullos encerrando monstruos
cambios permanentes, energías poderosas
orientando hacia el desorden
en todas las escalas
átomos minúsculos o galaxias lejanas.

La fantasía, eterna creadora de sueños
sostiene equilibrios impensados
entre lo frágil y lo contundente
entre lo mágico y lo real,
prestando alas de gemas
al cansancio de la esperanza
al sopor del olvido.

Y, cuando llega la noche,
el espejo devuelve el deseo:
invertida la imagen,
persistentes las sombras,
atravesando lentamente sus aguas,
lentamente gozando la vida