La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

14 octubre 2008

El agua se aquieta, cálida y transparente entre los cerros.
Desaparece el silencio, mientras el calor se vuelve asfixiante.
El sol, implacable, indiferente a las cosas pequeñas. Salta la espuma al curvarse las corrientes, sorteando rocas y troncos.
Es mi infancia que vuelve, mis ojos de hoy encuentran rastros de aquellas miradas. Veo que las piedras no son tan grandes ni las hoyas tan profundas.
Tampoco espero tanto del futuro, y faltan algunos de los que fueron importantes.
El agua, persistente, ha pulido los bordes ríspidos, llevando suavidad a las asperezas, del mismo modo que el tiempo fue suavizando mi dolor.
La tarde llega a su fin, aparece la luna, se callan las voces, el rumor del agua domina el silencio.

1 Comments:

Blogger franco said...

Qué bonito.

12:26 a. m.  

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