La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

09 septiembre 2009

I
La fatiga de pronto se olvida al llevar la mirada hacia el cielo.
Es Julio, la luna nueva parece un pequeño móvil colgado de un clavo brillante, sobre un paño intensamente oscuro, salvo las estrellas estremeciéndose con tanta fuerza que semejan una respiración acompasada.
Cierro la puerta, abandono la terraza.

II

A lo lejos, entre los cerros, la luna brilla tenue entre nubes de tul.
El río ha callado, no se escucha el viento.
La noche, me ha llevado lejos.

III
Verano.
El calor sofocante, asfixia los movimientos, cierra la entrada de aire a mi pecho.
El brillo de la luna llena entra por los ventanales, persigue algún rincón, desaparece bajo la cama, hace un guiño desde el espejo.
Ojalá esta luz no se lleve mi sueño.

IV
Noche templada, zumbido de insectos.
Perfume intenso de azahares, de fresias, de violetas silvestres.
Desde la ventana miro esa luna, que estás mirando, en este momento, quién sabe desde dónde.

V
Oscuridad sin luna.
Sólo estrellas, acariciando tu piel.
Después, el silencio.