La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

12 julio 2009

Vade retro
No entiendo el porqué del reproche la cara de espanto que imagino por tu voz desorbitada entraste de repente no te he llamado en ningún momento pero siempre encontrás la ocasión de invadirme ocupar este lugar que es mi territorio como si fuese tuyo predicando por todos los sitios en los que te gusta pavonearte que la libertad que lo intelectual que la belleza por sobre todas las cosas el arte todo lo justifica y tantas palabras que gastás cuando te encontrás con los que creés valiosos pero sólo temés porque los creés superiores no lo son en realidad son tan mediocres como vos como puede llegar a ser cualquiera pero te creés con derecho a obligarme a seguir tus reglas decís que para eso sos mi madre pero no soy tu propiedad ya hace tiempo que crecí aunque te cueste verlo y te niegues a aceptarlo me espiás me perseguís me invadís pero no importa que me veas o me alcances no me sorprende nada de vos ni del mundo que te rodea sólo vivo para mi mundo ese que con tanto trabajo estoy creando y que te dejará afuera lejos donde yo quiera que te quedés para que no me hagas lo de siempre no acepto tus reglas las siento tontas extrañas predecibles una suma de lugares comunes en los que no quepo por suerte nunca pudiste atar mi imaginación es lo único que no lograste quitarme ella me hizo lo que soy ella te deja fuera nunca podrás entrar a mi mundo aunque quieras aunque me obligues me maltrates me encierres ya no hay modo de que puedas entrar.