Mientras el sol lo acaricia con suavidad, Iriel construye los días por llegar. Las puertas cerradas no impiden sus viajes.
De a poco, parsimoniosamente, coloca cada detalle, cada sueño o recuerdo, en su lugar correcto.
Vuelve a ser niño, regresa de la escuela.
Se le dibuja una sonrisa en los ojos al mirar a su perro corriendo hacia él.
El jardín aparece lleno de colores, aromas y zumbidos.
El caminito de piedras hasta la casa, el rastro de los vientos y lluvias en las tejas, los bordes oscuros de los postigos verdes.
Al fondo, el nogal reina sobre los demás árboles, tranquilo y protector, ofreciendo frutos celosamente guardados en cáscaras arrugadas.
Un golpe fuerte y una voz lo despierta sorprendido, le ordena que trague algo.
Como todos los días, Iriel obedece. Luego, se dirige lento hacia la cama blanca, a dormir sus sueños sin luz.
De a poco, parsimoniosamente, coloca cada detalle, cada sueño o recuerdo, en su lugar correcto.
Vuelve a ser niño, regresa de la escuela.
Se le dibuja una sonrisa en los ojos al mirar a su perro corriendo hacia él.
El jardín aparece lleno de colores, aromas y zumbidos.
El caminito de piedras hasta la casa, el rastro de los vientos y lluvias en las tejas, los bordes oscuros de los postigos verdes.
Al fondo, el nogal reina sobre los demás árboles, tranquilo y protector, ofreciendo frutos celosamente guardados en cáscaras arrugadas.
Un golpe fuerte y una voz lo despierta sorprendido, le ordena que trague algo.
Como todos los días, Iriel obedece. Luego, se dirige lento hacia la cama blanca, a dormir sus sueños sin luz.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home