La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

10 julio 2009

Mientras el sol lo acaricia con suavidad, Iriel construye los días por llegar. Las puertas cerradas no impiden sus viajes.
De a poco, parsimoniosamente, coloca cada detalle, cada sueño o recuerdo, en su lugar correcto.
Vuelve a ser niño, regresa de la escuela.
Se le dibuja una sonrisa en los ojos al mirar a su perro corriendo hacia él.
El jardín aparece lleno de colores, aromas y zumbidos.
El caminito de piedras hasta la casa, el rastro de los vientos y lluvias en las tejas, los bordes oscuros de los postigos verdes.
Al fondo, el nogal reina sobre los demás árboles, tranquilo y protector, ofreciendo frutos celosamente guardados en cáscaras arrugadas.
Un golpe fuerte y una voz lo despierta sorprendido, le ordena que trague algo.
Como todos los días, Iriel obedece. Luego, se dirige lento hacia la cama blanca, a dormir sus sueños sin luz.