La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

06 mayo 2009

Un recuerdo tímido, sigiloso, se aproxima de pronto al mirar hacia el cielo.
Camino lentamente, el regreso después de un día de rutina. Aún queda algo de luz solar, pero se ve la luna muy pequeña, débil sobre el paisaje de casas, lámparas, postes, cables y árboles de la calle habitual.
Es esa luna la que provoca un extraño viaje en el tiempo y en el espacio: ya no hay ciudad, ni cables, ni calles. No hay ruidos, ni gente ni cansancio.
Es de noche, es invierno. Son menos años y más sueños. Hay tantas estrellas, el cielo muy negro, el aire limpio y la luna clara.
Recostarse en el suelo a pesar del frío, perderse bajo esa luz, perseguir constelaciones o adivinar galaxias, olvidar la noción del tiempo, ser invulnerable, ser invencible, heroico como los que dieron su nombre a las estrellas.
Es sólo un fulgor, una mirada a esta luna, volver a estas manos vacías.