La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

06 mayo 2009

Palabras enchufadas con la corriente eléctrica del vacío,
con el cable de alta tensión del delirio.
Delirio que se hace noche entre las olas blancas
que lamen codiciosas la base del restaurant barco
donde tratan de huir de sus celdas de vidrio las langostas gigantes y rojas.
Noche tormentosa, lúgubre y violenta,
y mis pasos sin sentido por la costa,
espiando pescadores locos que escriben en la espuma con sus redes negras.
Hoteles de tantas estrellas como espanto
repletos de pasajeros huyendo de lo que no podrán dejar atrás,
en la tormenta que traza con sus luces los caminos que aún no encontré.
Pasos perdidos por la arena, entre rocas cubiertas de algas,
roñosas de costras, pintadas por aves.
Pasos sin fin en la noche, como pensamientos que tratan de hallarse,
buscando palabras que puedan,
como un volcán que expulsa su fuego con rabia,
ordenarse
una a una, una tras otra, perfectas hileras, frases correctas,
explicando
cómo, por qué, hasta cuándo, para qué,
en esta noche el delirio se marcha.

(A partir de Batman, de Juan Carlos Becerra)