Tadeo
Sólo alguna tarde de verano, cuando las nubes negras se apareen entre el viento y los relámpagos, los dioses le permitirán a Tadeo volver a su aldea un instante.
Mientras se aproxima ese momento, recuerda su vida pasada, cuando aún era un hombre, pero eso lo estremece.
Añora el sol en su piel, el placer de la belleza, le satisfacción de reír y la magia de los licores secretos que supo disfrutar.
Pero teme a los hombres, se sabe traidor de la humanidad.
En este tiempo sin noches ni días ha imaginado tantas cosas, pero todas hablan de horror, de castigo y miserias que él ha causado.Presiente que sólo lo espera el odio, el rechazo, la aversión.
Sí, permitirle el regreso no es para él la redención, sólo añade castigo al que debe sufrir por la eternidad.
Sólo los dioses pueden alcanzar la perfección de la crueldad.
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