Viento de La Quebrada
Mi soledad se ve ocupada, invadida.
Acostumbro vagar a mi antojo, por lugares en los que los cambios son paulatinos, casi imperceptibles.
No me agrada lo fugaz, lo estridente. Necesito espacios libres para desplazarme, desprovistos de obstáculos.
Ahora percibo presencias extrañas.
Hay una fiesta, miles de personas alteran mi paisaje.
Los veo moverse, juego con sus voces, que traslado y deformo; avivo sus fuegos y apago sus velas, mezclo los olores.
Quisiera que algo me uniera a ellos, poder sentir.
Incluso detenerme alguna vez, aún a riesgo de que esto signifique mi fin.
Ellos están partiendo, vuelve mi libertad.
Mi soledad se ve ocupada, invadida.
Acostumbro vagar a mi antojo, por lugares en los que los cambios son paulatinos, casi imperceptibles.
No me agrada lo fugaz, lo estridente. Necesito espacios libres para desplazarme, desprovistos de obstáculos.
Ahora percibo presencias extrañas.
Hay una fiesta, miles de personas alteran mi paisaje.
Los veo moverse, juego con sus voces, que traslado y deformo; avivo sus fuegos y apago sus velas, mezclo los olores.
Quisiera que algo me uniera a ellos, poder sentir.
Incluso detenerme alguna vez, aún a riesgo de que esto signifique mi fin.
Ellos están partiendo, vuelve mi libertad.
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