A veces, el río se volvía violento y marrón; sus aguas cubrían arena, barranca, ribera, alambrados.
Se miraron con rabia, chocando el negro de unos ojos con el oscuro de la otra mirada.
Unos troncos enormes avanzaban, lentos, encallando algunos entre piedras enormes como casas.
Apenas relumbró un facón muy largo.
Los animales de tierra se asustaban, huyendo hacia sitios seguros, mientras los pájaros seguían su rutina de canto, bandadas y zambullidas.
Después, la sangre llegó hasta el sauce más viejo.
En esos momentos, mirando el río oscuro, el niño viajaba lejos.
Un sauce luce una cruz oxidada entre sus ramas que aún lloran.
Se miraron con rabia, chocando el negro de unos ojos con el oscuro de la otra mirada.
Unos troncos enormes avanzaban, lentos, encallando algunos entre piedras enormes como casas.
Apenas relumbró un facón muy largo.
Los animales de tierra se asustaban, huyendo hacia sitios seguros, mientras los pájaros seguían su rutina de canto, bandadas y zambullidas.
Después, la sangre llegó hasta el sauce más viejo.
En esos momentos, mirando el río oscuro, el niño viajaba lejos.
Un sauce luce una cruz oxidada entre sus ramas que aún lloran.
1 Comments:
Qué linda imagen, che. Digna de una zamba o chacarera.
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