La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

05 julio 2006

Repetidos golpes de una cabeza contra un muro indefectiblemente llevarán a la fisura del cráneo, pese al arraigado mito urbano que supone la formación de callos.
Si las fisuras se inician a temprana edad, conllevarán fragilización del hueso, lo que hará que esas fisuras crezcan hasta alcanzar dimensiones que permitan la salida de masa encefálica.
No debe permitirse que ésta impacte sobre los vidrios o sobre las alfombras porque crean un espectáculo lamentable y sumamente desagradable.
Recuerda, pequeño Saltamontes: el concreto es más duro que el hueso, y los sesos deben ser mantenidos dentro del cráneo para poder ser utilizados.




2 Comments:

Blogger Matías said...

... esta bueno, muy bien escrito, pero un poco colgado... me fascino :D

1:27 a. m.  
Blogger blanconegro said...

Tiene destinatario...

11:47 p. m.  

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