Odio el frío y los días cortos.
Odio el 23 de Marzo que se llevó a mi padre y el 23 de Junio que se llevó a mi hijo.
Odio el 23 de Marzo que se llevó a mi padre y el 23 de Junio que se llevó a mi hijo.
El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)
3 Comments:
dede mi punto de vista, estan en lugar mejor... don{t worry be happy, there must be a better world
Gracias...
de nada che
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