La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

05 junio 2006

DESTINO: IMPERIO

Volvió a suceder.
Regresaron los generadores del caos.
La conspiración internacional logró infiltrarse entre la tranquilidad casi pueblerina de esta ciudad.
Anoche, amparados por las sombras, concretaron un atentado: transmutaron agua de canilla en potasa, y la dejaron salir en la casa de un anciano solitario.
No contaban con la celeridad del equipo altamente capacitado del Líder, que logró desbaratar la maniobra en breves minutos.
Pero es preocupante.
Hace algunos años, intentaron burlar los controles de calidad del sistema haciendo elevar los niveles de uranio; en esa ocasión, la salvación vino de manos de una científica preocupada por la belleza de su cabellera.
Ella nunca supo que su preocupación salvó la vida de tanta gente.
La vigilia continúa. Los sistemas de inteligencia interna están alertados, sus chalecos verdes ocultan la más alta tecnología.
Muchos de estos agentes han aceptado sacrificar sus dientes, los que fueron extraídos para reemplazarlos por sofisticadas cámaras filmadoras y micrófonos de precisión.
Lamentablemente, la adquisición de las cámaras y micrófonos fue saboteada, lo que hace que ellos deban deambular un tiempo más con sus encías despobladas.
Pero yo sé que no se debe confiar en nadie, los generadores del caos están al acecho.
No soportan ver la fulgurante ascensión del Líder, su inteligencia sobrehumana, su amor al pueblo, su desinterés por las simples pasiones cotidianas, como el dinero, y por distracciones inútiles como la ética o la vergüenza.
Él lo logrará, a pesar de todos los obstáculos que se interpongan en su camino.
Será Emperador, en la Tierra o en Xilium.
Porque se lo merece.
Porque nació para ser Emperador.