La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

07 agosto 2007

Todos debemos desplazarnos de algún modo por la vida.
Ya entendí que no tengo capacidad para volar.
Eso no me deprime.
Ni para correr ni trotar.
Tampoco eso me preocupa.
Mi vida se reduce a caminar.
Caminar lentamente, mirando alrededor, disfrutando de los detalles, respirando pausado.
Si me hubiese sido dado elegir, habría optado por nadar.
Básicamente, porque debe ser fantástico moverse en ese medio.
Los sonidos amortiguados, la luz leve, los movimientos calmos.
Quisiera, si es que existe la reencarnación, llegar a ser por una vez una medusa.
Leve, translúcida, simplemente flotando entre corrientes, sin molestar, casi sin ser vista.
Tal vez debiera empezar a hacer méritos en esta vida para tener alguna chance de elegir la próxima...

2 Comments:

Blogger Energúmeno said...

¿Qué debiera hacer, por ejemplo, una meduza para tener méritos para elegir que quiere ser en una próxima vida? Somos casualidad y nada más.

5:47 p. m.  
Blogger blanconegro said...

Ya se me ocurrirá algo cuando sea medusa...

12:34 a. m.  

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