La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

27 noviembre 2006

Una sociedad que está sufriendo el acoso de las medidas emanadas desde el desquiciamiento en ejercicio del poder, tiende a reaccionar de manera incontrolable.
Un rápido vistazo por el recién estrenado gabinete provincial (modificado por una ley cuyo proyecto fue enviado a Diputados un martes, aprobado el miércoles, promulgado el jueves y efectuados los nombramientos el viernes) muestra que el modo más rápido de progresar en la carrera de funcionario es a través de la guitarra: ser un eximio guitarrero y mediano guitarrista es pasaporte a Ministerios, Secretarías, Dirección de Hospital, Jefatura de Programa.
Un Ministro de Salud que inició su carrera como periodista (ya hubo un antecesor con esas características), un Ministro de Seguridad especializado en Rally, un Ministro de Gobierno incapaz de pronunciar más de tres palabras corridas sin titubear, algunos reciclados, algunos opositores arrepentidos.
Riña de gallos legalizada (otra ley relámpago), casinos por doquier, pelitruchas que no le interesan a nadie medianamente serio, campeonatos internacionales de los deportes menos populares: bridge, golf, ajedrez; un equipo de fútbol más costoso que si fuera de las ligas europeas pero que no juega en ningún torneo conocido.
La salud, enferma terminal; la educación, ausente sin aviso; el trabajo, degradado por planes clientelares; la seguridad, perdida en una riña de mafias; la justicia, muerta por asfixia.
Para evitar el pensamiento, aumentar el miedo: difundir índices de delitos, exacerbar la inseguridad, fomentar los deseos de justicia por mano propia, crear la sensación de la existencia de interesados en promover el caos. En un momento, transformar a los luchadores por los derechos sociales en "desestabilizadores del sistema", como en épocas aciagas; reivindicar a los buchones y aceitar el funcionamiento de los voceros pagos, sean funcionarios o periodistas.
Se han soltado los demonios de los miedos más primarios, la cacería de brujas parece comenzar.
Y si se sale a cazar brujas, brujas se encuentran...




1 Comments:

Blogger Matías said...

tendria que haber una revista seria, que sea leida por gente seria, sin miedo al gobierno (que mas que miedo da verguenza) y ahi, en esa utopica revista revista, deberia haber escritos tuyos, columnas y columnas, abriendo los ojos de los ciegos, tenes toda la onda de un periodista, y uno de verdad (es un cumplido), un saludo, chau suerte.....

12:12 p. m.  

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