La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

10 noviembre 2006

Los unos y los otros

Hay temor y hay desencanto en el ánimo de los habitantes de Villa Mercedes. Temor ante la amenaza de un violador suelto y atacando, desencanto al ver la lentitud con que actúan las fuerzas de seguridad.

Vivimos en una ciudad pequeña, familiar casi. Esto hace que muchos conozcamos a algún familiar, amigo o incluso víctima de este delincuente.

Sumado a esta preocupación, los robos, arrebatos y asaltos se hacen cada vez más comunes, integrando las conversaciones cotidianas, casi como un lugar común. Tal vez pronto nos saludemos con un afectuoso ¿cuántas veces te robaron?

Ministros importados, ministros nuevos, ministros jóvenes, seguridad comunitaria, cambios en la seguridad comunitaria, jefes de policía removidos y jefes de policía reciclados; pero las cosas siguen empeorando.

Una maniobra de distracción burdamente montada vino sumar una cachetada más al dolorido rostro del villamercedino.

El gobernador en persona viajó a solidarizarse con la víctima, y toda su cohorte de funcionarios hizo lo mismo, en un nuevo concurso de indignidad y adulación.

Sin minimizar el rechazo que produce todo tipo de delito, resulta muy preocupante esta visita, tan personalizada, pero dejando de lado a tantas víctimas que viven en esta ciudad.

¿Es acaso más trascendental lo que le sucedió a esta señora (de la cual inconscientemente nos acordamos repetidas veces, al llegar al auto abierto porque nos robaron el estéreo, al llegar a la vivienda abierta porque nos robaron todo, al ser asaltados, al sufrir un arrebato…)que lo que cada día deben sufrir incontables víctimas?

Pienso que no se equivocó Orwell cuando afirmó que “todos somos iguales, pero algunos son más iguales que otros…”

1 Comments:

Blogger Matías said...

mierda che de verdad hay un violador, sabes una cosa, esta bomba va a estallar y armado saldra el pueblo a las calles a reclamar la justicia que se le es negada, mas por imcompetencia que por otro motivo, pero bueno, las armas tarde o temprano van a aparecer, y cuando lo hagan, a no llorar la puta madre...

3:42 a. m.  

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