Cuando leía Vigilar y castigar me sorprendió encontrar cosas que creí reconocer: en el primer capítulo se describe muy meticulosamente el modo de castigo que se aplicaba a quienes delinquían, específicamente atentados hacia la investidura real.
Continuando el relato, Foucault dice que el castigo paulatinamente se deja de ejercer sobre los cuerpos, para pasar a ser aplicado sobre las almas: la imagen, el recordatorio del castigo físico debe ser tan efectivo como si fuera real. Hay un refinamiento en el ejercicio de la violencia.
Aquí sentí escalofríos: es moneda corriente en el presidente Kirschner recordar las torturas y muertes de la dictadura.
¿Nos lo recuerda para que no imitemos a quienes fueron torturados y encarcelados por pensar distinto al poder?
Cárcel a quien piensa, tortura a quien habla, muerte a quien ose ser solidario...
¿Será ese el mensaje?
Continuando el relato, Foucault dice que el castigo paulatinamente se deja de ejercer sobre los cuerpos, para pasar a ser aplicado sobre las almas: la imagen, el recordatorio del castigo físico debe ser tan efectivo como si fuera real. Hay un refinamiento en el ejercicio de la violencia.
Aquí sentí escalofríos: es moneda corriente en el presidente Kirschner recordar las torturas y muertes de la dictadura.
¿Nos lo recuerda para que no imitemos a quienes fueron torturados y encarcelados por pensar distinto al poder?
Cárcel a quien piensa, tortura a quien habla, muerte a quien ose ser solidario...
¿Será ese el mensaje?
1 Comments:
a mi me parece un autoritarismo total el del señor presidente, moviendo todo como un gran titiritero, pero ojala, ojala estemos equibocados, ojala no se vuelva a sufrir tal atrosidad..
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