La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

01 julio 2011

Viaje cotidiano, repetido mil veces, por años. Casas en construcción, casas habitadas, casas deterioradas. Semáforos que a veces incitan a no ser vistos, no respetados por inútiles, redundantes en el tránsito mínimo que no requiere reglas.
Árboles añosos, caldenes enormes que dieron paso al sorgo, al maíz, a la soja, según el dictado de los mercados a futuro. Mercado de tahúres, que venden la nada a precio de oro y el oro a precio de soja.
El sol despeja la niebla mientras la mañana avanza. Cerca, se oye una cadencia de ladridos, por momentos gritos desesperados desde la cárcel repleta.
Olor denso, nauseabundo; al costado del camino, una cruz en un árbol, recordando que la muerte vence si se le da ventaja.
A lo lejos, se mezclan aviones y patos en vuelo.