La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

30 diciembre 2006


(Texto enviado por el Tato a los Trashumantes y robado por mí para que esté en este lugar)

No sé que me pasó, pero me puse a llorar.
Disculpen.
Quizá la emoción contenida de todo lo que pasó en esta última marcha.
Casi tres años en la calle, todos juntos, los pocos juntos, las muchas ilusiones y la persistencia. Parados frente al correo, intentando estirar las pocas manos para poder llevar la bandera, miro hacia la calle y me pareció ver el Quirquincho.
Los años pasan y pesan, pensé.....pero no.
Era el querido colectivo, símbolo de nuestras pasiones revolucionarias, que estaba allí una vez más encabezando una marcha.
Con Dante, el Petiso, Agustín, la Jojó, Nati Ferrieres y mis hijas, Mariana y Maria Gracia con Juancito.
No pude reponerme. Aunque por afuera estuviera igual, no pude dormir.
No sé cómo agradecer en nombre de los trashumantes de San Luis, todo lo que
esto significó. Y lo que significa.
La locura por el otro, que resultará cada
vez más incomprensible a los poderosos y que será la llave de nuestro andar hacia el otro país.
Y gracias a la Red, porque en serio los sentimos cerca........
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