La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

28 noviembre 2012


Prenderse fuerte de cada día
para que te lleve
cuando se vaya
domarlo,
agarrarlo de las orejas
y talonearlo,
tirar la rienda si no obedece
terrón de azúcar si encuentra el camino.
Cada día como un caballo bravo
para que la vida tenga brillo
para que la vida tenga sentido
galope corto
o encarada furiosa.
Prenderse fuerte
enfrentar al viento
ser uno
hasta ser centauro.