La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

14 septiembre 2011

Educación Vial


Ella avanza, cabellos al viento,

ciento cincuenta c.c. de cilindrada

noventa y siete cuotas fijas por pagar

graciosamente ubicados en su antebrazo dos cascos.


Tiene prioridad de paso quien viene por la derecha

excepto cuando se trate

de Hilux patente F o posterior

F100, Amarok o RAM,

quienes circulan con prioridad permanente

a partir del repunte de rentabilidad de la producción de soja.


Aprendió a mirar cuidadosamente

o incluso tocar bocina

al llegar a una esquina o cruzar una avenida

después de haber cambiado dos veces

paragolpes y parrilla completos.


Semáforo, baliza, barrera.

Señal luminosa o advertencia sonora.

Respeto al peatón?

Oh, perdón, en la calle reinan los motores.


Parece haber creado una simbiosis permanente

ya no es hongo ni alga

es liquen barbudo en la piedra

el celular entre la mano y la oreja izquierdas

inseparables, a pesar del volante,

los cambios, semáforos, esquinas,

los perros y la gente.