La resonancia de los suplicios

El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)

Nombre: blanconegro
Ubicación: Argentina

19 marzo 2008

Apenas atraviesa la barrera breve de los párpados,
mi mirada se vuelve pobre.
Lo alado se reduce a pájaros, insectos y murciélagos.
Los colores sólo aparecen bajo la luz,
las aguas fluyen en ríos con márgenes precisos,
los mares tienen límites y dueños,
los oceános son tres.

Pero, hacia adentro,
existen pegasos, ángeles, dragones,
incluso algún demonio.
Colores infinitos, ríos rebeldes,
habitan mi interior.

Las palabras pierden vuelo al salir de mis labios.
Las más fuertes, más lúcidas, se resisten a salir,
resplandecen dentro del cómodo nido de los pensamientos.

Cada día, mi refugio se torna más confortable.
Cada día es más difícil salir de él.
Pronto cerraré definitivamente sus puertas.

1 Comments:

Blogger Matías said...

exquisito... ojala antes de que los cierres para siempre, aunque suene un poco egoista de mi parte, espero tener el placer de leer mas poesias como esta...

7:55 a. m.  

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