Pequeño pájaro
Ladrón de estrellas
Si encontrás mi alma
Decile que vuelva
Ya se fue el invierno
Vinieron los verdes
Nació el arco iris
Detrás de los vientos
Pequeño pájaro
Cazador de sueños
Si ves a mi alma
Decile que vuelva
El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios, se manifiesta toda una economía del poder. Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI editores, Buenos Aires (2002)
2 Comments:
Señora mamá de Franco, permitame decirle que usted es una masa.
Sus poemas son cándidos, ritmicos y muestran mucha simpleza.
Felicitaciones.
me sono a un buen blues...
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