El olor de la madera
se acomoda entre los huecos de sol
que se dibujan en el piso,
mientras el viento
crea un rumor de agua
entre las hojas de los álamos.
De a poco,
venciendo la resistencia de los nudos
y siguiendo las vetas,
el hombre hace aparecer
los bordes redondeados,
los barrotes
y las patas de la cuna
que recibirá a su primer hijo.
se acomoda entre los huecos de sol
que se dibujan en el piso,
mientras el viento
crea un rumor de agua
entre las hojas de los álamos.
De a poco,
venciendo la resistencia de los nudos
y siguiendo las vetas,
el hombre hace aparecer
los bordes redondeados,
los barrotes
y las patas de la cuna
que recibirá a su primer hijo.
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