Como si pudiese poner a salvo los días
los cielos o el trueno,
para que jamás faltase un mirar luminoso
cuando tus ojos no estén,
conjuro a la memoria para que en la tarde
abrace un recuerdo.
Pero sólo encuentro máscaras de la impostura,
ocultando en la oscuridad ojos ciegos que relucen,
llamaradas entre sombras, figuras falsas,
la piedra filosofal transmutando el deseo en recuerdo.
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